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Chinches

¡Todo lo que necesita saber!

¿Se des­pier­ta con pica­du­ras que le dan come­zón y sospecha que tiene chin­ches? Des­cu­bra aquí cómo reco­no­cer una infesta­ción, dón­de pre­fie­ren escon­der­se los pará­si­tos y cómo com­ba­tir­los efi­caz­men­te, con reme­di­os case­ros o con el apo­yo pro­fe­sio­nal de Ther­mo-bug®.

¿Qué son las chinches?

Las chin­ches (Cim­ex lec­tu­la­ri­us) son insec­tos de color mar­rón roji­zo sin alas con el cuer­po apla­na­do. En la edad adul­ta, alcanz­an una lon­gi­tud de unos 4–5 milí­me­tros (has­ta 9 mm des­pués de una comi­da de sang­re) y no tie­nen alas.

Viven exclu­si­v­a­men­te en inte­rio­res y se ali­men­tan de sang­re huma­na, que chu­pan por la noche. Des­pués de suc­cio­nar, regres­an a escon­di­tes oscu­ros. Las chin­ches se con­side­ran espe­cial­men­te mole­s­tas por­que sus pica­du­ras cau­san un fuer­te picor y, en caso de infesta­ción en las pro­pi­as cua­t­ro pare­des, pue­den pro­vo­car una enor­me car­ga psi­coló­gi­ca. Si bien, según el cono­ci­mi­en­to actu­al, las chin­ches no trans­mi­ten enfer­me­da­des, las pica­du­ras pue­den irri­tar la piel y favor­ecer las infeccio­nes al ras­carse. Por lo tan­to, una infesta­ción de chin­ches no solo es des­agra­da­ble, sino que a menu­do es un gran fac­tor de estrés para los afec­ta­dos.

El resurgimiento de las chinches

En los últi­mos años, la pro­pa­ga­ción de las chin­ches ha aumen­ta­do con­sidera­blem­en­te en todo el mun­do. Ante­rior­men­te, ape­n­as des­em­pe­ña­ban un papel des­pués del uso de insec­ti­ci­das efi­caces, pero hoy en día, el aumen­to de los via­jes y el comer­cio inter­na­cio­nal de bie­nes usa­dos son los prin­ci­pa­les respons­ables de su pro­pa­ga­ción. Una sola hembra fer­ti­lizada en el equi­pa­je o en mueb­les usa­dos es sufi­ci­en­te para desen­ca­de­nar una nue­va infesta­ción. Los exper­tos tam­bién atri­buy­en el resur­gi­mi­en­to de las chin­ches a la resis­ten­cia a los pro­duc­tos quí­mi­cos comu­nes. Las chin­ches pue­den sobre­vi­vir duran­te meses sin una comi­da de sang­re, por lo que las habit­a­cio­nes deso­cu­pa­das pue­den per­ma­necer con­ta­mi­na­das duran­te mucho tiem­po. Por lo tan­to, una infesta­ción pue­de afec­tar a cual­quier hogar, incluso a uno lim­pio.

¿Cómo se propagan las chinches?

Las chin­ches sue­len ent­rar en la vivi­en­da sin ser detec­ta­das. Fuen­tes típi­cas:

Equi­pa­je

Los hué­s­pe­des de hote­les o apart­a­ment­os de vaca­cio­nes sue­len traer chin­ches en la male­ta, que pue­den ani­dar en colcho­nes y somie­res.

Mueb­les y ropa de segun­da mano

Las camas, los sofás o la ropa de segun­da mano de mer­ca­dil­los o mer­ca­dos en línea tam­bién son rutas de trans­por­te popu­la­res.

Pare­des y tube­rí­as

En infesta­cio­nes muy gra­ves, las chin­ches pue­den incluso lleg­ar a las vivi­en­das veci­nas a tra­vés de pare­des y tube­rí­as.

Es difí­cil pre­ve­nir una infesta­ción solo con medi­das higié­ni­cas sen­cil­las, ya que las chin­ches no nece­si­tan sucie­dad ni des­or­den. A pesar de la lim­pie­za regu­lar, pue­den pasar des­aper­ci­bi­das. Sin embar­go, evi­te intro­du­cir­las inne­ce­sa­ria­men­te: exami­ne pre­ven­ti­va­men­te las habit­a­cio­nes de hotel, la ropa y los mueb­les usa­dos en bus­ca de ras­tros. Pres­te aten­ción a indi­ci­os como peque­ñas man­chas negras (excre­ment­os) o mudas vací­as.

¿Cómo se reconoce una infestación de chinches?

Patrón de pica­du­ras

Llaman la aten­ción las ron­chas o pús­tu­las rojas que pican en la piel, que sue­len apa­re­cer en filas («car­re­te­r­as de chin­ches») o en gru­pos. La reac­ción es dife­ren­te para cada per­so­na; algu­nas per­so­nas ape­n­as mues­tran sín­to­mas.

Excre­ment­os y man­chas de sang­re

En colcho­nes, ropa de cama o mueb­les, a menu­do se encuen­tran man­chas de sang­re de color mar­rón óxido (de chin­ches aplasta­das) y pun­tos negros y pul­veru­lent­os (ras­tros de excre­ment­os fres­cos).

Res­tos de muda y hue­vos

Den­tro o alre­de­dor de la cama, a menu­do se des­cu­bren pie­les de chin­ches trans­pa­ren­tes y vací­as (de la muda), así como dimi­nu­tas cás­ca­ras de hue­vo blan­cas en las grie­tas o en la par­te pos­te­ri­or de los mueb­les.

Olor típi­co

En las habit­a­cio­nes muy infesta­das, a veces hue­le dul­zón a almen­dras amar­gas, una fra­gan­cia que despren­den las chin­ches.

¿No está seguro?

¿Tengo chinches?

Suba aho­ra fotos de la infesta­ción y le indi­ca­re­mos en pocos días de qué pla­ga se tra­ta:

Soli­ci­tar la iden­ti­fi­ca­ción de pla­g­as aho­ra

¿Dónde se esconden las chinches?

Duran­te el día, los ani­ma­les per­ma­necen prin­ci­pal­men­te en luga­res tran­qui­los y pro­te­gi­dos. Los escon­di­tes popu­la­res son, por ejem­plo:

Grie­tas de colcho­nes y somie­res

En la cama, sob­re todo en luga­res oscu­ros de la cabecera, el somier, la ropa de cama

Mueb­les, apa­ra­tos, enchu­fes y libros que se encuen­tran den­tro y alre­de­dor de la cama

Tapi­ce­ría

Roda­piés

Paneles trase­ros de arma­ri­os

Cual­quier grie­ta, hen­di­du­ra

A menu­do, solo se not­an cuan­do se bus­ca especí­fi­ca­men­te o cuan­do hay una infesta­ción más gra­ve. Las chin­ches salen de sus escon­di­tes por la noche para ali­men­tar­se y lue­go regres­an duran­te el día para escon­der­se en sus refu­gi­os.

Ciclo de vida e impacto en el control

Las chin­ches pasan por un ciclo de vida típi­co con hue­vo, cin­co estadi­os lar­va­ri­os y un estadio adul­to. Una hembra pone has­ta 350–400 hue­vos a lo lar­go de su vida, gene­ral­men­te pega­dos en gru­pos en las grie­tas. Los hue­vos blan­cos, de apro­xi­ma­damen­te 1 mm de lar­go, eclo­sio­n­an des­pués de unos 12 días a tem­pe­ra­tura ambi­en­te.

Las nin­fas recién naci­das tie­nen un aspec­to ini­cial­men­te cla­ro y trans­pa­ren­te, y se oscu­re­cen con cada muda. Deben ali­men­tar­se de sang­re ent­re los cin­co estadi­os para cre­cer; por deba­jo de 13 °C no se pro­du­ce nin­gún des­ar­rol­lo pos­te­ri­or. En con­di­cio­nes favor­ables (por ejem­plo, ~22–27 °C), se tar­da unas 8 sema­nas des­de la lar­va has­ta el ani­mal adul­to. Las chin­ches adul­tas miden ent­re 4 y 7 mm de lar­go y pue­den vivir ent­re 6 y 18 meses en el caso ópti­mo. Si las chin­ches no se ali­men­tan de sang­re duran­te mucho tiem­po, pue­den sobre­vi­vir vari­os meses sin comi­da.

Las nin­fas recién naci­das tie­nen un aspec­to ini­cial­men­te cla­ro y trans­pa­ren­te, y se oscu­re­cen con cada muda. Deben ali­men­tar­se de sang­re ent­re los cin­co estadi­os para cre­cer; por deba­jo de 13 °C no se pro­du­ce nin­gún des­ar­rol­lo pos­te­ri­or. En con­di­cio­nes favor­ables (por ejem­plo, ~22–27 °C), se tar­da unas 8 sema­nas des­de la lar­va has­ta el ani­mal adul­to. Las chin­ches adul­tas miden ent­re 4 y 7 mm de lar­go y pue­den vivir ent­re 6 y 18 meses en el caso ópti­mo. Si las chin­ches no se ali­men­tan de sang­re duran­te mucho tiem­po, pue­den sobre­vi­vir vari­os meses sin comi­da.

Abbildung der Stadien des Lebenszyklus der Bettwanze von Larve bis ausgewachsenes Insekt

Esta for­ma de vida es decisi­va para el con­trol: solo si se eli­mi­nan todas las eta­pas, espe­cial­men­te los hue­vos resis­ten­tes, la infesta­ción se inter­rum­pe de for­ma per­ma­nen­te. Los hue­vos son extre­ma­damen­te resis­ten­tes a los pro­duc­tos quí­mi­cos, por lo que los tra­ta­mi­ent­os de pul­veri­za­ción con­ven­cio­na­les a menu­do deben repe­tir­se vari­as veces. Una gran ven­ta­ja del tra­ta­mi­en­to térmi­co con Ther­mo-bug® es que cub­re todas las eta­pas de des­ar­rol­lo. Según los estu­di­os, ya son sufi­ci­en­tes 30 minu­tos a unos 45 °C para mat­ar de for­ma fia­ble a todas las chin­ches, inclui­dos los hue­vos. Por lo tan­to, Ther­mo-bug® cali­en­ta las habit­a­cio­nes a altas tem­pe­ra­tur­as (50–70 °C) duran­te apro­xi­ma­damen­te 1 hora y, por lo tan­to, eli­mi­na los pará­si­tos de una sola vez.

¿Cuáles son los efectos de las chinches?

La infesta­ción de chin­ches afec­ta a los afec­ta­dos tan­to físi­ca como psi­coló­gi­ca­men­te.

Reac­cio­nes cutá­ne­as

Las pica­du­ras, espe­cial­men­te en bra­zos, pier­nas y cara, sue­len picar mucho y pue­den apa­re­cer enro­je­ci­mi­en­to y ron­chas.

Reac­ción alérgi­ca

Las per­so­nas espe­cial­men­te sen­si­bles pue­den reac­cio­nar con mayor inten­si­dad a las pica­du­ras de chin­ches, lo que pue­de pro­vo­car urti­ca­ria, hin­cha­zón de los pár­pa­dos o incluso asma alérgi­ca. 

Infeccio­nes secun­da­ri­as

Al ras­carse las pica­du­ras, pue­den pro­du­cir­se her­i­das que pue­den infla­mar­se e infec­tar­se. 

Estrés y ansie­dad

Una infesta­ción a menu­do con­du­ce a trastor­nos del sue­ño y ansie­dad: los afec­ta­dos infor­man de insom­nio e inquietud con­stan­te. El uso de insec­ti­ci­das en el dor­mi­t­orio tam­bién es per­ci­bi­do por muchos como una moles­tia adi­cio­nal.

Ais­la­mi­en­to y ver­güen­za

En casos gra­ves, la car­ga psi­coló­gi­ca pue­de con­du­cir al ais­la­mi­en­to social o a la depre­sión.

Car­ga finan­cie­ra

En casos masi­v­os, las chin­ches pue­den con­ta­mi­nar colcho­nes, ropa de cama, alfom­bras y tapi­ce­rí­as. En algu­nos casos, los mueb­les infesta­dos deben desechar­se o lim­piar­se pro­fe­sio­nal­men­te, lo que gene­ra cos­tes.

Por lo gene­ral, las pica­du­ras son inofen­si­v­as y las chin­ches no trans­mi­ten enfer­me­da­des. Sin embar­go, much­as per­so­nas con­side­ran que la idea de estar infesta­das por pará­si­tos chu­pa­do­res de sang­re es extre­ma­damen­te repug­nan­te. En gene­ral, cuan­to más tiem­po se igno­re la infesta­ción de chin­ches, más moles­ta y cos­to­sa será la eli­mi­nación, por lo que es importan­te actu­ar a tiem­po.

¿Cómo se previenen las chinches?

Pre­cau­ción al via­jar

Cuan­do via­je, no colo­que su male­ta en la cama o en el sue­lo: uti­li­ce sopor­tes para equi­pa­je o estan­tes ele­va­dos. Com­prue­be si las habit­a­cio­nes de hotel tie­nen ras­tros (por ejem­plo, pun­tos negros, mudas) al ent­rar. Lim­pie o lave su equi­pa­je y ropa des­pués del via­je antes de guar­dar­los en el arma­rio.

Cui­d­ado al com­prar mueb­les

Exami­ne los detal­les de las camas, sofás y mueb­les usa­dos en bus­ca de sig­nos de infesta­ción de chin­ches (man­chas de excre­ment­os, hue­vos, mudas). Si hay algu­na indi­ca­ción, empa­quete el mueb­le, si es posi­ble, her­mé­ti­ca­men­te (por ejem­plo, en una bol­sa de plá­sti­co resis­ten­te), trá­te­lo con­gelán­do­lo o calen­tán­do­lo y retí­re­lo inme­dia­ta­men­te de su casa si no se solu­cio­na. Mar­que cla­ra­men­te los obje­tos infesta­dos para evi­tar una mayor pro­pa­ga­ción no desea­da.

Con­trol e higie­ne

Man­ten­ga las zonas de estar y de dorm­ir ordena­das para que sea más fácil reco­no­cer los pri­me­ros ras­tros. Cam­bie la ropa de cama con regu­la­ri­dad y láve­la con agua cali­en­te. Pro­te­ja sus colcho­nes con fund­as pro­tec­to­ras y revi­se sus cos­tu­ras oca­sio­nal­men­te.

Infor­mación

Fami­li­a­rí­ce­se con el aspec­to y los hábi­tos de las chin­ches (por ejem­plo, los escon­di­tes típi­cos). La detección tem­pra­na es la mejor pro­tección con­tra una infesta­ción a gran esca­la.

¿Cuándo es obligatorio denunciar una infestación?

Sin obli­ga­ción de den­un­cia

La nor­ma­ti­va legal no pre­vé la obli­ga­ción de den­un­ci­ar la infesta­ción de chin­ches, ya que no trans­mi­ten enfer­me­da­des que desen­ca­de­nen una obli­ga­ción de den­un­cia según la IfSG.

Pero: es acon­se­ja­ble infor­mar a los veci­nos (espe­cial­men­te en edi­fi­ci­os de apartamentos/viviendas), al pro­pie­ta­rio o a la admi­nis­tra­ción de la casa para que, en caso nece­sa­rio, se pued­an exami­nar plan­tas ente­r­as para evi­tar una posi­ble mayor pro­pa­ga­ción. Un con­trol con­jun­to evi­ta la con­stan­te rein­tro­duc­ción.

¿Cómo se reconoce una infestación de chinches?

Patrón de pica­du­ras

Llaman la aten­ción las ron­chas o pús­tu­las rojas que pican en la piel, que sue­len apa­re­cer en filas («car­re­te­r­as de chin­ches») o en gru­pos. La reac­ción es dife­ren­te para cada per­so­na; algu­nas per­so­nas ape­n­as mues­tran sín­to­mas.

Excre­ment­os y man­chas de sang­re

En colcho­nes, ropa de cama o mueb­les, a menu­do se encuen­tran man­chas de sang­re de color mar­rón óxido (de chin­ches aplasta­das) y pun­tos negros y pul­veru­lent­os (ras­tros de excre­ment­os fres­cos).

Res­tos de muda y hue­vos

Den­tro o alre­de­dor de la cama, a menu­do se des­cu­bren pie­les de chin­ches trans­pa­ren­tes y vací­as (de la muda), así como dimi­nu­tas cás­ca­ras de hue­vo blan­cas en las grie­tas o en la par­te pos­te­ri­or de los mueb­les.

Olor típi­co

En las habit­a­cio­nes muy infesta­das, a veces hue­le dul­zón a almen­dras amar­gas, una fra­gan­cia que despren­den las chin­ches.

¿Cómo se combaten las chinches?

Exis­ten dife­ren­tes estra­te­gi­as para com­ba­tir las chin­ches, cada una con ven­ta­jas y des­ven­ta­jas.

Remedios caseros

Much­as medi­das pue­den tener un éxi­to ini­cial, pero sue­len ser de efi­ca­cia limi­ta­da. Ent­re ellas se encuen­tran, por ejem­plo:

Calor

Uti­li­zar la lava­do­ra y la seca­do­ra a ≥60 °C para la ropa de cama o los tex­ti­les, el hor­no (con pre­cau­ción) o el lim­pia­dor de vapor para calen­tar obje­tos más peque­ños. Las chin­ches no tole­ran las tem­pe­ra­tur­as supe­rio­res a 50 °C duran­te mucho tiem­po. La expo­si­ción al sol (espe­cial­men­te en una bol­sa de plá­sti­co cer­ra­da) tam­bién pue­de generar >50 °C en ver­ano y mat­ar a las chin­ches.

Frío

Los obje­tos peque­ños infesta­dos pue­den ais­lar­se y con­gel­ar­se duran­te al menos tres días a –18 °C. Las chin­ches no sobre­vi­ven a par­tir de unos –5 °C duran­te vari­os días.

Aspi­rar y lim­pi­ar con vapor

El cont­ac­to direc­to al aspi­rar o con vapor cali­en­te (ambos difi­cul­tan el escon­di­te) pue­de mat­ar o eli­mi­nar a los ani­ma­les, pero no susti­tuye a un tra­ta­mi­en­to com­ple­to.

Tier­ra de diato­me­as (tier­ra de diato­me­as)

Este pol­vo natu­ral seca los insec­tos; solo fun­cio­na en cont­ac­to y, por lo tan­to, solo pue­de uti­li­zar­se como apo­yo.

Mat­tress Cover

Las fund­as pro­tec­to­ras para colcho­nes y almoha­das (las llama­das fund­as) atra­pan a las chin­ches e impi­den que vuel­van a escon­der­se en la cama.

Tram­pas pro­vi­sio­na­les

La cin­ta adhe­si­va de doble cara o las tram­pas espe­cia­les en las patas de la cama pue­den atrapar a los pri­me­ros ani­ma­les, pero no susti­tuy­en a un tra­ta­mi­en­to.

Méto­dos quí­mi­cos

A menu­do se uti­liz­an aero­so­les y pol­vos insec­ti­ci­das (gene­ral­men­te a base de pire­tro­ides como la per­me­tri­na, posi­blem­en­te com­bi­na­dos con regu­la­do­res del cre­ci­mi­en­to de insec­tos). Actúan por cont­ac­to direc­to o por resi­du­os en el escon­di­te y para­liz­an a los ani­ma­les. Sin embar­go, es muy pro­ba­ble que no se alcan­ce a todas las chin­ches y, sob­re todo, los hue­vos siguen sien­do muy resis­ten­tes. Ade­más, las chin­ches des­ar­rollan resis­ten­ci­as con­tra muchos ingre­di­en­tes activos comu­nes. Por lo tan­to, un tra­ta­mi­en­to quí­mi­co debe ser rea­liz­ado por una empre­sa espe­cia­lizada que pueda roci­ar resi­du­os y, si es nece­sa­rio, rea­li­zar vari­as pasa­das.

Control profesional

Las empre­sas espe­cia­lizadas ofre­cen solu­cio­nes espe­cia­lizadas:

Des­in­sect­a­ción por calor (ter­mo­des­in­sect­a­ción)

Aquí se uti­liz­an calen­ta­do­res de alto ren­di­mi­en­to. La habit­a­ción afec­ta­da se cali­en­ta a unos 50–70 °C, lo que mata todas las eta­pas de las chin­ches. Este méto­do es ino­do­ro, no tóxi­co y más sos­teni­ble que los insec­ti­ci­das. Des­pués de un tra­ta­mi­en­to, las habit­a­cio­nes sue­len poder vol­ver a uti­li­zar­se inme­dia­ta­men­te.

Des­in­sect­a­ción por frío (méto­do de hie­lo seco)

Algu­nos pro­fe­sio­na­les uti­liz­an CO₂ líqui­do (hie­lo seco), que mata las chin­ches al hacer que las tem­pe­ra­tur­as bajen rápi­da­men­te.

Méto­dos inte­gra­dos

A menu­do, el calor o el frío se com­bi­nan con apli­ca­cio­nes quí­mi­cas pun­tua­les para alcan­zar, por ejem­plo, las chin­ches tole­ran­tes al frío en tapi­ce­rí­as más pro­fund­as.

Inspección y super­vi­sión

Los exter­mi­na­do­res de pla­g­as rea­liz­an inspeccio­nes antes y des­pués del tra­ta­mi­en­to y, si es nece­sa­rio, uti­liz­an per­ros rastre­a­do­res o tram­pas de fero­mo­nas para garan­ti­zar el éxi­to.

Para todos los méto­dos, se apli­ca lo sigu­i­en­te: un con­trol exi­to­so requie­re una pre­pa­ra­ción exhaus­ti­va (cubrir, orde­nar, crear acce­so a los escon­di­tes) y con­trol. Solo así se pue­de garan­ti­zar que no sobre­vi­van más chin­ches.

Combatir las chinches eficazmente con Thermo-bug®

Ther­mo-bug® es un dis­po­si­tivo espe­cia­liz­ado para el con­trol de chin­ches sin pro­duc­tos quí­mi­cos medi­an­te calor. Uti­li­za el enfo­que de la ter­mo­des­in­sect­a­ción: el aire ambi­en­te se cali­en­ta sel­ec­ti­va­men­te a tem­pe­ra­tur­as muy altas, lo que pro­vo­ca daños irrever­si­bles en las pro­teí­nas de todas las células de las chin­ches.

En la prác­ti­ca, esto signi­fi­ca: 45–55 °C per­ma­nen­tes (al menos 30–60 minu­tos) hacen que incluso los hue­vos de chin­ches más per­sis­ten­tes se coagu­len de for­ma irrever­si­ble. Ther­mo-bug® pue­de calen­tar las habit­a­cio­nes has­ta 70 °C, depen­di­en­do del ajus­te. El tra­ta­mi­en­to es rápi­do y silen­cio­so, sin resi­du­os noci­vos y, si se rea­li­za cor­rec­ta­men­te, 100% efi­caz con­tra todas las eta­pas de des­ar­rol­lo.

Ther­mo-bug® tam­bién mata de for­ma fia­ble todas las eta­pas de des­ar­rol­lo (hue­vos, lar­vas, ani­ma­les adul­tos). A dife­ren­cia de muchos aero­so­les, los méto­dos de calor son inmu­nes a la resis­ten­cia de los insec­tos. En gene­ral, los hotele­ros se bene­fi­ci­an de un con­trol de pla­g­as efi­caz y sin estrés y sin veneno: tan­to las chin­ches como otras pla­g­as se eli­mi­nan rápi­da­men­te, y el fun­cio­na­mi­en­to del hotel no se ve afec­ta­do.

Ventajas del procedimiento Thermo-bug®:

Efi­caz y rápi­do

Por lo gene­ral, solo es nece­sa­rio rea­li­zar un tra­ta­mi­en­to térmi­co con Ther­mo-bug® una vez, ya que tam­bién mata los hue­vos y es efi­caz con­tra todas las eta­pas de des­ar­rol­lo (a dife­ren­cia de muchos pro­duc­tos quí­mi­cos en el con­trol).

Sos­teni­ble y segu­ro

No se pro­du­cen vapo­res ni gases noci­vos para la salud y las habit­a­cio­nes pue­den uti­li­zar­se inme­dia­ta­men­te des­pués. Las fami­li­as con niños, alérgi­cos o due­ños de mas­co­tas pue­den tra­tar las habit­a­cio­nes con Ther­mo-bug® sin dudar­lo, ya que solo se uti­li­za calor seco.

Segu­ri­dad garan­tizada

Super­vi­sión con­ti­nua de los pará­me­tros rele­van­tes para la segu­ri­dad medi­an­te cir­cui­tos inde­pen­di­en­tes. Des­con­e­xión de segu­ri­dad en caso de sobre­tem­pe­ra­tura y un pro­gra­ma de con­trol con super­vi­sión inte­gra­da de la secuen­cia del pro­gra­ma.

Pro­tección real medi­an­te una apli­ca­ción pro­fe­sio­nal

Si se apli­ca cor­rec­ta­men­te, ningu­na chin­che se tras­la­da a la habit­a­ción con­ti­gua, como a menu­do se teme con el calor de cor­ta dura­ción

Por lo tan­to, Ther­mo-bug® demues­tra ser una solu­ción sos­teni­ble, res­pe­tuo­sa con el medio ambi­en­te y alt­a­men­te efi­caz para des­ha­cer­se de las chin­ches de for­ma defi­ni­ti­va y segu­ra.

Preguntas frecuentes (FAQ)

¿Son peligro­sas las chin­ches?

No, según el estado actu­al de los cono­ci­mi­ent­os, las chin­ches no trans­mi­ten enfer­me­da­des infeccio­sas. Sus pica­du­ras sue­len pro­vo­car enro­je­ci­mi­ent­os inofen­si­v­os, pero que pro­du­cen mucho picor. Las reac­cio­nes alérgi­cas o las infeccio­nes bac­te­ria­nas por ras­carse son raras y, por lo gene­ral, no son gra­ves. El mayor peligro es más bien de natu­ra­le­za psi­coló­gi­ca: los trastor­nos del sue­ño y el estrés cau­sa­dos por el cono­ci­mi­en­to de la infesta­ción pue­den limitar la cali­dad de vida.

¿Cuán­to cues­ta un con­trol pro­fe­sio­nal?

Los cos­tes depen­den del alcan­ce de la infesta­ción y del méto­do ele­gi­do. Los casos leves a menu­do se tra­tan por unos 200–400 €, mien­tras que los cos­tes en caso de infesta­ción nor­mal sue­len osci­lar ent­re 300 y 650 €. En caso de infesta­ción gra­ve o masi­va, pue­de resul­t­ar más caro. Las inter­ven­cio­nes de Ther­mo-bug® sue­len ser ren­ta­bles, ya que en un solo paso se eli­mi­nan todos los estadi­os. Las medi­das sen­cil­las de bri­co­la­je (lava­do, aspi­ra­do, tra­ta­mi­en­to de emer­gen­cia) sue­len costar menos de 50 €.

¿Cuán­to dura el tra­ta­mi­en­to?

Un tra­ta­mi­en­to térmi­co especí­fi­co con apa­ra­tos como Ther­mo-bug® requie­re pre­pa­ra­ción (acce­sos, pun­tos de medi­ción) y pos­te­ri­or enfria­mi­en­to. En total, pue­den ser nece­sa­ri­as unas 6–8 horas por habit­a­ción para man­te­ner la tem­pe­ra­tura por enci­ma de 45 °C y lleg­ar a todos los escon­di­tes. A menu­do, la inter­ven­ción se pro­lon­ga duran­te todo un día. Los tra­ta­mi­ent­os quí­mi­cos con pul­veri­za­ción sue­len durar solo 1–2 horas por habit­a­ción, pero nor­mal­men­te deben repe­tir­se al cabo de unos días. Ther­mo-bug® sue­le bastar con un solo tra­ta­mi­en­to, ya que todos los estadi­os de las pla­g­as son eli­mi­na­dos por la tec­no­lo­gía espe­cial de Ther­mo-bug®.

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