Cucarachas

Intro­duc­ción a tra­vés de enva­ses de ali­ment­os

Las hor­mi­gas se sien­ten atraí­das por los ali­ment­os abier­tos y las sus­tanci­as dul­ces.

Pro­pa­ga­ción a tra­vés de tube­rí­as

Uti­liz­an sis­te­mas de tube­rí­as para mover­se ent­re vivi­en­das o habit­a­cio­nes.

Atrac­ción por res­tos de comi­da

Los ali­ment­os abier­tos y las migas ofre­cen fuen­tes de ali­men­to idea­les.

Acce­so a tra­vés de grie­tas y hen­di­du­ras

Peque­ñas aber­tu­ras en pare­des o sue­los sir­ven como pun­tos de ent­ra­da.

Trans­por­te a tra­vés de mueb­les usa­dos

Los mueb­les de segun­da mano pue­den alber­gar cuca­rach­as sin que se note.

Avist­ami­ent­os noc­tur­nos

Las cuca­rach­as son noc­tur­nas y rara vez se mues­tran duran­te el día.

Excre­ment­os

Peque­ños grá­nu­los oscu­ros, simi­la­res a posos de café, en pare­des o sue­los.

Res­tos de muda

Envol­turas trans­pa­ren­tes que las cuca­rach­as mudan al cre­cer.

Paque­tes de hue­vos (oote­cas)

Cáp­su­las mar­ro­n­es y alar­gadas en áre­as ocul­tas.

Olor des­agra­da­ble

Un olor dul­zón y ran­cio pue­de indi­car una fuer­te infesta­ción.

Deba­jo de los elec­tro­do­mé­sti­cos de coci­na

Detrás de fri­go­rí­fi­cos, hor­nos o microon­das.

En des­agües y tube­rí­as

La hume­dad y la oscu­ri­dad ofre­cen con­di­cio­nes idea­les.

Ent­re grie­tas en la pared y roda­piés

Peque­ñas hen­di­du­ras sir­ven como refu­gio.

En arma­ri­os de alma­cen­a­mi­en­to

Espe­cial­men­te en enva­ses de ali­ment­os abier­tos o con fugas.

Deba­jo de los reve­s­ti­mi­ent­os del sue­lo

Las bal­do­sas suel­tas o el lami­na­do ofre­cen refu­gio.

Trans­mi­sión de enfer­me­da­des

Las cuca­rach­as pue­den pro­pa­gar bac­te­ri­as como la sal­mo­nela, E. coli y otros pató­ge­nos.

Aler­gi­as y asma

Los res­tos de muda y los excre­ment­os pue­den desen­ca­de­nar reac­cio­nes alérgi­cas.

Con­ta­mi­nación de los ali­ment­os

Los ali­ment­os abier­tos pue­den ser con­ta­mi­na­dos por las cuca­rach­as.

Estrés psi­coló­gi­co

Una infesta­ción pue­de pro­vo­car mal­e­star y trastor­nos del sue­ño.

Man­te­ner la lim­pie­za

Lim­pi­ar regu­lar­men­te la coci­na y las zonas de come­dor.

Alma­ce­nar los ali­ment­os de for­ma segu­ra

Guar­dar en reci­pi­en­tes her­mé­ti­cos.

Eli­mi­nar la basu­ra con regu­la­ri­dad

Espe­cial­men­te los resi­du­os orgá­ni­cos deben eli­mi­nar­se con pron­ti­tud.

Sel­lar grie­tas y hen­di­du­ras

Cer­rar los posi­bles pun­tos de ent­ra­da.

Eli­mi­nar las fuen­tes de hume­dad

Reparar los grif­os o tube­rí­as que gote­an.

Bicar­bo­na­to de sodio y azú­car

Una mez­cla pue­de atraer y mat­ar a las cuca­rach­as.

Hojas de lau­rel

El olor tiene un efec­to disua­s­o­rio sob­re las cuca­rach­as.

Solu­cio­nes de vin­a­g­re

Para la lim­pie­za y la neu­tra­li­za­ción de olo­res.

Gel de cebo

Con­tiene insec­ti­ci­das que son absor­bi­dos por las cuca­rach­as.

Aero­so­les insec­ti­ci­das

Para medi­das agu­das, pero debe uti­li­zar­se con pre­cau­ción.

Pro­ce­di­mi­ent­os térmi­cos

Uso de calor para mat­ar todas las eta­pas de des­ar­rol­lo.

Sin pro­duc­tos quí­mi­cos

Sin resi­du­os de insec­ti­ci­das.

Con­trol inte­gral

Com­ba­te todas las eta­pas de des­ar­rol­lo de las cuca­rach­as.

Rápi­do

Por lo gene­ral, un tra­ta­mi­en­to es sufi­ci­en­te.

Segu­ro

No hay peligro para las per­so­nas ni para los ani­ma­les domé­sti­cos.

Sos­teni­ble

Redu­ce el ries­go de una nue­va infesta­ción.