Scroll Top

¿Cómo se reco­no­cen las chinches?

A pesar de su peque­ño tama­ño, las chin­ches son reco­no­ci­bles a sim­ple vis­ta. En ayu­nas, los ejem­pla­res adul­tos tie­nen cuer­po ova­la­do con dimi­nu­tos cabe­llos simi­la­res a cer­das, un par de del­ga­das ante­nas con cua­tro par­tes, una lon­gi­tud de 4 a 8 mm y un aspec­to casi trans­pa­ren­te. Ade­más, tie­nen una agui­jón que se plie­ga deba­jo del abdo­men y pre­sen­tan alas delan­te­ras atro­fia­das en la cabe­za. En total pare­cen tener seis patas.

Des­pués de la ali­men­ta­ción, es decir, cuan­do están lle­nas de san­gre, son de color ama­ri­llo cla­ro, o tam­bién marrón cla­ro o cas­ta­ño roji­zo, y su lon­gi­tud cre­ce has­ta alre­de­dor de los 9 mm, momen­to en el cual la par­te pos­te­rior del cuer­po del pará­si­to adquie­re un color negro.

Las pis­tas de excre­men­tos, las man­chas de san­gre, las pie­les de nin­fas, las chin­ches muer­tas y un olor dul­ce y des­agra­da­ble son otras indi­ca­cio­nes que per­mi­ten reco­no­cer una pla­ga de chinches.

El pará­si­to deja excre­men­tos de heces que se pue­den iden­ti­fi­car como peque­ñas man­chas de color negro (simi­lar a la tin­ta) o rojo oscu­ro. Estas man­chas se pue­den ver en las sába­nas y/​o en el col­chón, en el mar­co de la cama o detrás de los enchu­fes, las hen­di­du­ras y, en gene­ral, en todos los luga­res en los que se alojan.

Las peque­ñas man­chas rojas de san­gre, como las que sur­gen en la piel huma­na con una pica­du­ra, tam­bién pue­den ser un indi­cio de la pre­sen­cia de chinches.

Cuan­do mudan de piel, los insec­tos pier­den la piel de las nin­fas, cono­ci­da como exuvia. Esta piel des­pren­di­da muy cla­ra tie­ne la for­ma del pará­si­to y se encuen­tra en sus escondites.

En caso de encon­trar chin­ches muer­tas, debe bus­car con­se­jo pro­fe­sio­nal sobre el posi­ble mane­jo de los ani­ma­les que pudie­ran estar vivos.

Asi­mis­mo es impor­tan­te la impre­sión gene­ral del ambien­te. Si per­ci­be un olor dul­ce inten­so, es muy pro­ba­ble que se tra­te de una pla­ga de chin­ches. El olor sur­ge de la lin­fa men­sa­je­ra que las chin­ches emi­ten como fero­mo­na de alarma.

La «vía» de las chinches

Si los ecto­pa­rá­si­tos hicie­ron de usted su hués­ped, se asien­tan en su piel y empie­zan a ali­men­tar­se. Para ello, inser­tan su agui­jón a tra­vés de la piel de los seres huma­nos has­ta lle­gar a los capi­la­res peque­ños. La mayo­ría de las pica­du­ras de chin­ches apa­re­cen en un mis­mo lugar o en una hile­ra, una al lado de la otra, en lo que se cono­ce como «vía de las chin­ches». Un moti­vo para que la ima­gen de las pica­du­ras sea dife­ren­te pue­de ser que, con el movi­mien­to de su hués­ped, los pará­si­tos sacan el agui­jón de la piel y siguen suc­cio­nan­do en un lugar adjun­to, o tam­bién que varias chin­ches suc­cio­nen san­gre al mis­mo tiempo.

Luga­res típi­cos para las picaduras

Las pica­du­ras de las chin­ches se pre­sen­tan prin­ci­pal­men­te en las par­tes des­cu­bier­tas del cuer­po: cara, cue­llo, bra­zos, pier­nas, pies, espalda

  1. Hue­vos de chinches
  2. Nin­fas en pri­mer esta­dio (+ cam­bio de piel)
  3. Nin­fas en segun­do esta­dio (+ cam­bio de piel)
  4. Nin­fas en ter­cer esta­dio (+ cam­bio de piel)
  5. Nin­fas en cuar­to esta­dio (+ cam­bio de piel)
  6. Nin­fas en quin­to esta­dio (+ cam­bio de piel)
  7. Adul­to en ayunas
  8. Adul­to saciado
Privatsphäreeinstellungen
Bei der Benutzung dieser Webseite können Informationen über den Browser von bestimmten Services gespeichert werden – in der Regel in der Form von Cookies. Hier können Sie die Einstellungen bezüglich dieser Webseite verändern. Beachten Sie: Das Deaktivieren mancher Einstellungen kann die Funktionalität und das Aussehen der Seite beeinträchtigen.